lunes, 29 de agosto de 2011

JOSE CARLOS MARIATEGUI


JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI
 
José Carlos Mariátegui, la figura más importante del Socialismo Peruano del siglo XX nació en Moquegua el año 1985. Su padre Francisco Mariátegui era empleado público y su madre María Amalia La Chira hija de pequeños agricultores. Cuentan algunos biógrafos que la familia de José Carlos era de condición muy humilde  llegando incluso a afrontar una dramática situación de miseria tras el abandono del padre.  La madre de José Carlos trabajó de modista para ir sacando adelante a la familia.
José Carlos estudió en la Escuela Primaria de Huacho, al norte de Lima, donde destacó por su profundo afán de lectura. Aún siendo niño leyó a Amado Nervo y a los poetas franceses, despertando en su alma –prematuramente madura–, inclinaciones hacia la poesía y la composición literaria.  Por desgracia, por estos años escolares sufrió un fuerte golpe que le dejó la pierna casi sin movimiento quedándose imposibilitado de realizar esfuerzos físicos.
En 1905, cuando tenía 15 años empezó a trabajar en una imprenta localizada en los talleres del diario La Prensa; primero trabajó de aprendiz y luego de ayudante de linotipista. Pasó pronto a la oficina de redacción como corrector. En este mismo periódico tuvo la oportunidad de publicar algunos artículos con el seudónimo de Juan Croniqueur. A los 18 años era ya redactor habitual de las crónicas de sucesos y otras columnas del periódico. El sueño de José Carlos de convertirse en escritor se estaba haciendo realidad. Cerca de 30 artículos suyos aparecieron el La Prensa el año 1914, en los que abordaba temas sobre el arte y la cultura en Perú, noticias sobre las guerras a nivel mundial y la vida y obra de algunos famosos. Publicó además dos cuentos breves que había mantenido inéditos, algunos sonetos y otras composiciones poéticas. Escribió además el argumento de  una pequeña obra de teatro que se estrenó en el teatro Colón y se la dedicó al maestro Ricardo Palma, autor de las famosas Tradiciones Peruanas.
José Carlos mantenía relación con los círculos artísticos limeños y se interesaba por ciertos ensayos publicados en Europa. Hizo una gran amistad con Abraham Valdelomar, quien en un emotivo arranque de respeto y admiración llegó a llamarle “cojito genial”. Igualmente fue amigo de César Vallejo, para quien tendrá palabras de reconocimiento en su ensayo sobre el proceso de la literatura peruana. Con Valdelomar llegó  a fundar la revista “Nuestra Época”, en cuyo primer número aparece el artículo “El deber del Ejército y el deber del Estado” en el que critica ásperamente los excesivos gastos militares mientras gran parte del país subsiste en mínimos niveles alimenticios y educativos. La revista de Mariátegui fue censurada por el Gobierno, lo que le instó a fundar un diario, a través de cuyas páginas profundizó sus reflexiones sobre la vida política peruana y la participación en ésta de los movimientos obreros y estudiantiles. Desde el diario La Razón Mariátegui fustigaba duramente al Gobierno, por la continua represión contra la clase obrera y por su desatención a la reforma universitaria y a la vez que vislumbra el advenimiento de una Patria Nueva. La Razón llegó a ser el órgano antigubernamental más importante del país.
Por entonces sucedió algo inexplicable; lo que algunos han llegado a considerar una traición a la causa obrera y estudiantil. Mariátegui aceptó una beca del gobierno de Leguía y de un momento a otro se marchó a Europa, supuestamente como corresponsal de prensa.
El período europeo José Carlos –entre 1919 y 1923– fue fundamental en su evolución ideológica y política. En París contactó con Henri Barbusse y otros socialistas franceses. Se estableció en Italia, desde donde escribió artículos para el periódico El Tiempo. En 1921 asistió al congreso de Livorno, donde la línea socialista de izquierda se escinde de la socialdemócrata, y se da el primer paso para la creación del partido comunista italiano. Mariátegui se decanta por el marxismo y llega a considerarse un pensador revolucionario. Confía en la llegada de un tiempo nuevo para el hombre, el mundo y la cultura americana.
En 1921 José Carlos contrajo matrimonio con Anna Maria Chiappe, de la que estaba profundamente enamorado, y a quien llegó a decirle a través de una carta publicada en “La Novela y la Vida” palabras tan metafóricas como: “la vida que te falta es la vida que me diste…” Con Anna Chiappe llegó a tener 4 hijos: Sandro, Sigifredo, José Carlos y Javier. Aunque se sabía también que él tenía una hija de nombre Gloria María, fruto de la relación que había tenido en Perú con Victoria Ferrer.
La etapa europea sirvió a Mariátegui  para descubrir, como él mismo dijo: “al final sobre todo nuestra propia tragedia, la del Perú, la de Hispanoamérica. El itinerario de Europa había sido para nosotros el mejor y más tremendo descubrimiento de América”. En 1923, después de casi cinco años, Mariátegui volvió al Perú.
Mariátegui volvió para reanudar con mayor capacidad y más segura orientación que antes su actividad periodística. En coordinación con los movimientos obreros y estudiantiles y junto a Víctor Raúl Haya de la Torre –futuro líder del Partido Aprista– fundó la Universidad Popular Gonzáles Prada –nombre dado en honor de quien tanto influyera en esta generación- . Mariátegui dictaba cursos en esta Universidad, que estaba abierta al público y era gratuita. Habló sobre “La Crisis mundial y el proletariado peruano.” Comentó la desunión de la izquierda entre reformistas y revolucionarios, tomando postura personal por estos últimos. Otros temas que dictó fueron: “El fracaso de la Segunda Internacional” “La intervención de Italia en la Guerra”, “La revolución rusa”, “La revolución alemana”, “La revolución húngara”.
Mientras dictaba conferencias, Haya de la Torre –que dirigía “Claridad”, la revista de difusión de las universidades populares– fue arrestado por la policía  y seguidamente deportado al extranjero por el Régimen de Leguía, que se mantenía en el poder. Mariátegui pasó a ser entonces el coordinador de esta revista y la orientó hacia la defensa de los intereses del mundo obrero.
En 1924, a causa de su vieja dolencia, sufrió la amputación de una pierna, y quedó a partir de entonces postrado en silla de ruedas. Fue un duro golpe, pero a pesar de ello expresó a sus compañeros su deseo de no dejarse abatir y sus ansias por proseguir e el camino de la revolución. Siguió escribiendo para “Claridad” y las revistas “Mundial” y “Variedades”. En 1925 publicó su primer libro: “La escena Contemporánea”, que causó notable impacto en los círculos políticos e intelectuales peruanos, por lo que significaba la difusión de sucesos, ideas y personajes desconocidos en los ámbitos populares. La figura de Mariátegui se fue agigantando en el ámbito latinoamericano. Y él, poniendo siempre la sangre en sus ideas políticas mantenía contacto con los revolucionarios cubanos, y con César Sandino, a quien llamó: General de Hombres Libres.
En 1926 fundó la revista Amauta, con el objeto de “plantear, esclarecer y conocer los problemas peruanos desde puntos de vista doctrinarios y científicos”. En los años siguientes,  fueron apareciendo numerosas ediciones de “Amauta”, a pesar del duro ataque de la prensa conservadora. El mismo Gobierno, llegó a clausurar la revista, apresando a Mariátegui junto con otros editores, bajo la acusación de “complot comunista”. Pero pronto fue liberado gracias a la protesta de obreros y estudiantes y de los intelectuales de toda América que se manifestaron contra el Gobierno de Leguía por su medida represiva contra una simple publicación. Mariátegui proyectó marcharse a la Argentina por lo difícil que le resultaba vivir en una atmósfera injusta y espiritualmente sofocante. Le comentó a un amigo que: “o se me consentía continuar Amauta en Lima o yo tomaba el camino del destierro para restablecerla en Buenos Aires”. Pero no viajó a la ciudad bonaerense porque Amauta volvió a editarse en Lima.
Mariátegui decía que el socialismo está en la tradición americana: “La más avanzada organización comunista que registra la historia es la incaica…, aunque en el presente y en el futuro debe ser una creación de algo nuevo, dando vida con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indoamericano. He aquí una misión digna de una generación nueva”. Así veía él su misión.
La revista “Amauta” influyó notablemente sobre la cultura peruana contemporánea, porque representó además de una oportunidad de intercambio de ideas con otros compañeros americanos, el contacto con artistas, escritores, filósofos e ideólogos europeos.
En 1927, en el segundo Congreso Obrero, Mariátegui hizo una exhortación  a los sindicalistas peruanos para vencer las tentaciones individualistas, buscar la unidad y crear una organización sindical nacional que superase intereses corporativistas y consiguiera expresar los intereses de la clase obrera y que además aportara una disciplina revolucionaria mediante una organización estructurada. Opinaba que el marxismo era un instrumento teórico del proletariado en su lucha, una herramienta que debía aunar los esfuerzos colectivos.
En octubre de 1928, tras la ruptura definitiva con Haya de la Torre –que se decantó por la fundación de un partido de corte nacionalista, el Partido Aprista Peruano–, Mariátegui redactó el acta de constitución de un partido de tendencia socialista, con clara orientación marxista-leninista, siendo él mismo elegido secretario general.  Y ese mismo año, José Carlos publicó los “Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana”, que obtuvo pronta trascendencia en la historia y el pensamiento en Perú y Latinoamérica. Sus seguidores empiezan a llamarle “el Amauta”, palabra quechua que significa sabio, maestro.
Pero la represión del Gobierno contra los editores de la revista Amauta que estaba removiendo la conciencia de varias generaciones de peruanos llegó a agudizarse, y Mariátegui, el artífice de este movimiento, volvió a pensar en la posibilidad de exiliarse a la Argentina. Pero cuando lo preparaba todo para marcharse, lo sorprendió la muerte, en la mañana del 16 de abril de 1930.
Por las calles de Lima desfiló una multitud de hombres, con banderas, pancartas y sombreros, para dar el último adiós a quién se había convertido ya en el espíritu de los nuevos hombres americanos, en un maestro para trabajadores y artistas de extracción popular y en una especie de guía para los socialistas revolucionarios.
La vida de Mariátegui fue una“vida de papel”, porque sólo vivió 30 años, pero su obra  fue significativa, ya que tuvo importante trascendencia política en el siglo pasado e influyó en la mentalidad de muchos peruanos que de diversos modos interpretaron su ideología política. La Izquierda peruana de los ochenta buscó en la doctrina mariateguista o “Mariateguismo” una herramienta de lucha política, y los militantes del partido que fundó Abimael Guzmán, los senderistas, interpretaron a su peculiar modo el legado político del insigne intelectual.
Leer a Mariátegui significa acercarse fidedignamente a la realidad de un país que a pesar del tiempo transcurrido todavía arrastra los traumas y las taras de un pasado colonial y republicano vergonzosos; es una lectura que conmueve, pero que fue extraída de una realidad descarnada, la del Perú del siglo XX.

AUGUSTO PINOCHET


Augusto Pinochet
(Augusto Pinochet Ugarte; Valparaíso, 1915 - Santiago de Chile, 2006) Dictador chileno que se hizo con el poder tras derrocar al presidente electo Salvador Allende y que gobernó Chile entre 1973 y 1990, reprimiendo duramente a la oposición política. Pese a la violación reiterada de los derechos humanos que tuvo lugar bajo su mandato, conservó parte de su poder y privilegios hasta 1998.
Augusto Pinochet salió de la escuela militar en 1936 con el grado de teniente de infantería y continuó sus estudios en la especialidad de geopolítica. Fue encargado de realizar misiones de relativa importancia hasta que en 1956 formó parte de la delegación militar chilena en Estados Unidos. Diez años más tarde había alcanzado el grado de coronel y poco después se le confió el mando de la IV División. A partir de ese momento su prestigio dentro de las Fuerzas Armadas fue en aumento. En 1969 alcanzó el generalato y la jefatura del estado mayor del ejército.

Augusto Pinochet
Tras el triunfo de la Unidad Popular (UP) encabezada por Salvador Allende en 1970, catalizó el malestar de los sectores más conservadores del ejército y de la sociedad chilena ante el avance de la izquierda. En el contexto de una campaña de desestabilización de las instituciones estatales, en 1973 el legalista general Carlos Prats fue obligado por sus compañeros a renunciar a sus cargos de ministro de Defensa y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas; fue sustituido por el general Pinochet, quien, con el apoyo de Estados Unidos, el 11 de septiembre encabezó el golpe de Estado que derrocó el régimen de Allende. El Palacio de la Moneda fue bombardeado y el presidente Salvador Allende, que se encontraba en su interior, se negó a rendirse y murió en el palacio presidencial.
Pinochet desencadenó una dura represión con el objetivo de eliminar a la oposición política y concentró en su persona casi la totalidad de los poderes del Estado. Los servicios de inteligencia, la DINA y el Centro Nacional de Información (CNI), creado en 1977, tuvieron un importante papel en la represión y en el régimen autoritario que instauró. La persecución de los opositores al régimen traspasó incluso las fronteras nacionales, como lo demuestran, entre otros, los atentados que costaron la vida al general Prats en Buenos Aires y a Orlando Letelier en Washington, en 1974 y 1976 respectivamente.
Tras la promulgación de varias actas constitucionales, en 1980 aprobó una nueva Constitución de carácter autoritario, que aseguró su permanencia en el gobierno hasta 1989. Eliminada toda oposición política y sindical, su régimen instituyó una nueva política económica basada en los principios neoliberales y monetaristas. Su severo plan de ajuste supuso un drástico recorte de los salarios y la privatización de las empresas públicas.
Tras las recesiones de 1975, 1976, 1982 y 1983, la economía diseñada por su régimen comenzó a dar rendimientos y a experimentar una gran expansión, hasta el punto de que fue tenida como modélica en América Latina. Seguro de sus logros políticos y económicos y de su autoridad e influencia en el país, en 1988 convocó un referéndum dentro del marco previsto por la Constitución. Las urnas no le fueron favorables, y con el triunfo de la oposición política coaligada en Concertación Democrática (CD), se inició el proceso de transición a la democracia, marcada por la moderación y por el enorme poder que conservaba Pinochet.

FIDEL CASTRO


Fidel Castro durante un discursoCastro Ruz, Fidel
Nacionalidad: Cuba
Mayarí 13-8-1927
Político 1959
Descendiente de españoles, es hijo de un inmigrante dedicado a la producción azucarera. Educado en Santiago de Cuba y La Habana, consiguió doctorarse en leyes por la universidad de ésta última ciudad en 1950.
Afiliado al Partido del pueblo Cubano, un año más tarde se casó con Mirta Díaz Balart, de la que se divorció en 1954. Con ella tuvo un hijo, Fidel Castro Díaz Balart, nacido en 1949.
Su militancia izquierdista, su capacidad oratoria y sus dotes de mando le dieron la dirección del grupo rebelde Movimiento, de carácter anti-imperialista. El 26 de junio de 1953 este grupo realizó un asalto al cuartel de Moncada en Santiago de Cuba, acción que pretendía expulsar del poder al dictador Fulgencio Batista. Sin embargo, la resistencia de las tropas gubernativas puso fin a la asonada, que se saldó con el encarcelamiento de Castro, condenado a quince años de prisión, y buena parte del grupo guerrillero.
La amnistía concedida en 1955 le permitió exiliarse en Estados Unidos y México, desde donde continuó sus acciones en contra de la dictadura cubana. En el segundo país organizó el grupo Movimiento 26 de julio, que continuó con las acciones de subversión y proselitismo. Así, las ideas castristas fueron extendiéndose paulatinamente por los ambientes estudiantiles y ganando adeptos, lo que le permitió, con apoyo del Partido Popular Socialista, realizar una marcha sobre La Habana para desalojar a Batista del poder. Con este acto, en diciembre de 1958, comienza la revolución Cubana, que acabará con la dictadura de Batista el primero de enero de 1959 e instalará a Castro en el poder. Iniciada sólo por Castro y 82 hombres más, 70 de ellos mueren nada más desembarcar en las costas cubanas. Entre los supervivientes están elChe Guevara y Raúl, hermano de Fidel Castro.
El propio Fidel castro, cabecilla de la Revolución, asume el poder como primer ministro en febrero de 1959, permaneciendo en este cargo hasta 1976. Ese año asume la presidencia del Consejo de Estado, aunando en su persona las jefaturas de estado y de gobierno.
Vista con preocupación el proceso revolucionario por Estados Unidos, Castro intenta, sin éxito, normalizar la situación. Sin embargo, acaba por decantarse hacia el gran rival de los Estados Unidos, la Unión Soviética, que se convierte en su principal apoyo internacional. De esta manera, se inician los envíos de ayuda material, económica y militar desde la URSS, lo que levantará las suspicacias del vecino norteamericano.
Al mismo tiempo se produce el asentamiento del poder castrista, que incluye la purga de sus rivales mas directos. Muchos cubanos se ven obligados a partir al exilio, principalmente Miami, desde donde organizarán una política de resistencia. Además, la política cubana comienza a regirse según los principios del socialismo: las industrias son nacionalizadas, se colectivizan las propiedades y se implanta un modelo de Estado basado en un único partido, el Partido Unido de la Revolución Socialista, llamado Partido Comunista Cubano a partir de 1965.
La expropiación de bienes en manos de estadounidenses lleva al gobierno norteamericano a romper los acuerdos comerciales con el régimen cubano. En respuesta, Castro formuló la Declaración de La Habana, que reafirma los principios nacionalistas y socialistas de la revolución Cubana y supone un grado más en la escalada de tensión entre ambos países.
El exilio cubano en Miami, mientras tanto, pugna por derrocar a Castro del poder. Contando con el apoyo más o menos encubierto de los Estados Unidos -Eisenhower desarrolló el plan y Kennedy dio su aprobación- organizaron una expedición que desembarcó en la bahía de Cochinos, pero que encontró la feroz resistencia cubana.
Este hecho, considerado por Castro como un ataque frontal, llevó a Cuba a alinearse con la Unión Soviética, lo que incrementó la aportación financiera y militar de ésta.
Dividido el mundo en dos bloques antagónicos, cada uno de ellos con potencial nuclear, la situación de Cuba supuso un grave peligro para la estabilidad mundial. La instalación de misiles soviéticos por parte de la URSS en suelo cubano supuso un aumento de la escalada de tensión entre soviéticos y norteamericanos, respondiendo estos con un bloque marítimo sobre la isla. Sólo las negociaciones personales de los líderes de ambos países, Kennedy y Kruschev, lograron frenar lo que durante trece días de 1962 pareció inminente: un holocausto nuclear.
Sin apenas oposición interna, Castro dedicó desde entonces sus esfuerzos a "exportar la "Revolución", bien al mismo continente americano, bien realizando intervenciones directas en África, como en Angola. También desarrolló una inteligente política publicitaria colocándose al frente de los países no-alineados, que postulaban una organización mundial diferente de la que representaba el duopolio soviético-norteamericano.
Los mayores problemas para Castro y Cuba derivaron de la caída de la URSS, no en vano era ésta su principal suministradora de alimentos y bienes de equipo. Los problemas económicos de la isla se acrecentaron en los años siguientes, hasta el punto que Castro ha intentado realizar una cierta apertura de la economía para favorecer una pequeña intervención privada.
Actualmente, los mayores ingresos de la isla provienen del turismo, mientras que el bloqueo norteamericano, por medio de la Ley Helms-Burton, actualmente en suspenso, pretende incrementar la presión sobre Cuba penalizando a cualquier país que comercie con el régimen castrista.

Kennedy, John Fitzgerald

Kennedy nació en Brookline (Massachusetts) el 29 de mayo de 1917 segundo hijo del financiero Joseph P. Kennedy, que fue  en Gran Bretaña durante el gobierno de Franklin D. Roosevelt. Se graduó por la de Harvard en 1940, se dio a conocer con la publicación de la ampliación de su tesis universitaria sobre la falta de preparación de Inglaterra para la II Guerra Mundial. Participó en esta contienda como oficial de Marina y fue héroe de la guerra del Pacífico.
Éxito  inicial
De regreso a Boston se afilió al Partido Demócrata y se presentó con éxito a la Cámara de Representantes en 1946. Los votantes de Massachusetts le eligieron al Senado en 1952. En 1953 contrajo matrimonio con Jacqueline Bouvier con la que tuvo dos hijos. Durante su recuperación de una operación de la espina dorsal, Kennedy completó bosquejos biográficos de dirigentes políticos (1956), con los que obtuvo el premio Pulitzer en 1957.
Después de un intento sin éxito para obtener la nominación vicepresidencial en la lista de Adlai E. Stevenson en 1956, Kennedy comenzó a planear su a la elección presidencial de 1960. Asumió el liderazgo del ala liberal del Partido Demócrata y reunió en torno suyo a un grupo de jóvenes políticos con talento, en el que se encontraba su hermano y director de la campaña Robert F. Kennedy. Obtuvo la nominación en la primera votación e hizo campaña con el senador de Texas Lyndon B. Johnson como compañero en las elecciones frente al vicepresidente Richard M. Nixon, nominado candidato republicano para la presidencia. Obtuvo la victoria en las elecciones por un estrecho margen de 113.000 votos sobre un electorado de 68.800.000, aunque no pudo disponer sino de una reducida mayoría demócrata en el Congreso. Fue el presidente más  y el primero católico de la  de Estados Unidos

DICATADURAS EN AMERICA LATINA EN LOS AÑOS 60 Y 70


DICTADURAS  EN AMÉRICA LATINA
A lo largo de todo el siglo XX, con el objetivo de conservar los aspectos centrales de un orden social que garantizaba, reproducía y ampliaba sus beneficios económicos, las clases dominantes de los países de América Latina impulsaron golpes de Estado —llevados a cabo por las Fuerzas Armadas de sus respectivos países—, y el establecimiento de diferentes tipos de dictaduras. (imagen: grupos de tareas violando la propiedad privada)
En algunos casos, como los de Nicaragua, México y Paraguay que ya estudiaste, las dictaduras significaron la continuidad sin variantes de las formas oligárquicas de ejercicio del poder, construidas durante el siglo XIX, y la negación de la mayoría de los derechos civiles, políticos y sociales. Estas dictaduras fueron ejercidas por un miembro de los grupos de mayor poder económico —o por un militar que los representaba—, rodeado siempre de numerosos familiares y amigos.
En otros casos, las dictaduras fueron impuestas por algunos sectores de las clases dominantes que intentaban recuperar el control absoluto de las decisiones económicas, ante la amenaza que, para sus privilegios materiales, representaban los cambios impulsados por los movimientos sociales que habían llegado al gobierno median­te el voto de la mayoría de la población.
Un caso particular de estas últimas dictaduras, lo representan las que se establecieron a partir de la década de 1960. Mediante diver­sos golpes de
Estado fueron desplazadas las autoridades electas en la mayoría de los países de América Latina, y se instalaron dictaduras que produjeron profundas transformaciones en el orden social.
A diferencia de las anteriores, éstas fueron ejercidas por las Fuerzas Armadas como institución aun cuando, en varios casos, hayan recibido el apoyo de importantes sectores de la población y contado con la participación de numerosos civiles en el gobierno.
DICTADURAS MILITARES Y REORGANIZACION DE LAS SOCIEDADES
Y DE LAS ECONOMIAS DE AMERICA LATINA
Entre los años 1964 y 1984, casi todos los países latinoamericanos estaban gobernados por dictaduras militares. Pero, a diferencia de aquellas que representaron una continuidad del orden oligárquico construido en el siglo XIX, o de Las que interrumpieron la ampliación de los derechos de los ciudadanos propuestos por los movimientos sociales, en varios países del continente, las dictaduras militares que se desarrollaron a partir de la década de 1960, en países como Brasil, Chile, Uruguay y Argentina, buscaron transformar económica y políticamente las sociedades en las cuales se produjeron.
Las principales características comunes que encuentran ¡os investigadores, al estudiar estas dictaduras, son:
• Su conformación en países con cierto nivel de industrialización (Argentina, Brasil), o países en los que existía cierta estabilidad histórica de las formas democráticas (Uruguay, Chile).
• El haber sucedido a un período de una amplia o intensa movilización de los trabajadores y de los sectores subalternos en general.
 El rol central desempeñado por las Fuerzas Armadas como institución, tanto en los golpes de Estado que instalaron las dictaduras, como en el ejercicio del gobierno.
• La articulación, en torno de los gobiernos dictatoriales, de una coalición que expresó los intereses de las clases económicamente dominantes.
 El ejercicio del gobierno mediante equipos técnicos especializados en diferentes cuestiones, generalmente sin participación previa en partidos políticos (tecnócratas).
 La concepción de un proyecto de reestructuración de la sociedad, sobre nuevas bases económicas y políticas, a través de las cuales buscaron mantener los niveles de beneficio obtenidos por las principales empresas y revertir los avances que se habían hecho en materia de participación en la toma de decisiones de la mayoría de la población.
 La imposición del reordenamiento de la sociedad, en forma autoritaria, lo que exigió el uso permanente de la fuerza.

ANTECEDENTES DE LA OPERACIÓN CÓNDOR


En el marco de la Guerra Fría encuadrada en la América Latina, se establecieron muchas operaciones destinadas a hacer desaparecer opositores y a usarlos como parte de la propaganda de miedo como por ejemplo la Operación Fénix en Ecuador. Un antecedente directo de estas operaciones fue el Decreto Noche y Niebla de Adolf Hitler.2 Un historiador estadounidense atribuye a un operativo de la CIA la organización de las primeras reuniones entre funcionarios de seguridad uruguayos y argentinos para discutir la vigilancia de los exiliados políticos y también su actuación como intermediaria en las reuniones entre los dirigentes de los escuadrones de la muerte brasileños y los argentinos y uruguayos.3
Pero Estados Unidos hizo más que organizar los encuentros. La división de servicios técnicos de la CIA suministró equipos de tortura a brasileños y argentinos (entre otros) y ofreció asesoramiento sobre el grado de shock que el cuerpo humano puede resistir, señala también el mismo autor.3
En 2007, la profesora estadounidense Patrice McSherry, de la Long Island University, mediante un documento secreto de la CIA, fechado en junio de 1976, confirma el secuestro y tortura de refugiados chilenos y uruguayos en Buenos Aires. Según ella, dichos planes emanaron en los años sesenta en la Escuela de las Américas y las Conferencias de Ejércitos Americanos, mediante las cuales Estados Unidos enseñó a los oficiales instruidos en ellas, acciones "preventivas" (torturas) en la región. Un documento desclasificado de la CIA con fecha 23 de junio de 1976, explica que ya "a principios de 1974, oficiales de seguridad de Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia se reunieron en Buenos Aires para preparar acciones coordinadas en contra de blancos subversivos". McSherry determinó que "(...) un documento de la CIA, con fecha del 23 de junio de 1976, comprueba que un año antes del surgimiento oficial del Plan Cóndor, oficiales de seguridad de Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia se reunieron en Buenos Aires para preparar acciones coordinadas en contra de blancos subversivos".4
La Operación Cóndor fue un pacto criminal que se puso en marcha cuando se contó con una verdadera red de dictaduras en el Cono Sur y en América Latina. El generalAlfredo Stroessner llevaba ya una década en el poder en Paraguay,-desde 1954- cuando los militares brasileños derrocaron al gobierno democrático y popular de João Goulart, en 1964.Después de una serie de golpes de Estado en Bolivia llegó al poder el general Hugo Bánzer en 1971. El 11 de septiembre de 1973, el general Augusto Pinochet bombardea el palacio presidencial La Moneda, derrocando al presidente socialista Salvador Allende. Coincidiendo con el plan general de “ajustar” el Cono Sur, donde crecían movimientos populares de envergadura, también en 1973, se instaló la dictadura cívico-militar en Uruguay. Así mismo, sólo tres años después, el 24 de marzo de 1976, una Junta Militar, presidida por el general Jorge Rafael Videla, tomó el poder en Argentina, país en el cual había comenzado a actuar la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A) desde el 21 de noviembre de 1973, cuando Juan Domingo Perón todavía era presidente. La Triple A actuó en una coordinación criminal, con la dictadura de Pinochet en Chile. Esto surgirá en las investigaciones sobre la Operación Colombo, un modelo de guerra sucia que actuó en 1975.
El Plan Cóndor fue una operación similar a la estrategia de la tensión utilizada en Italia en los setenta, la cual estaba dirigida por la llamada Operación Gladio, de la que Licio Gelli fue un miembro.

OPERACIÓN CONDOR


La Operación Cóndor o Plan Cóndor es el nombre con el que es conocido el plan de coordinación de operaciones entre las cúpulas de los regímenes dictatoriales del Cono Sur de América -ChileArgentinaBrasilParaguayUruguay yBolivia- y con la CIA de los EE.UU.,1 llevada a cabo en las décadas de 1970 y 1980.
Enmarcada en la Doctrina Truman[cita requerida], esta coordinación se tradujo en "el seguimiento, vigilanciadetención, interrogatorios con apremios psico-físicos, traslados entre países y desaparición o muerte de personas consideradas por dichos regímenes como 'subversivas del orden instaurado o contrarias al pensamiento político o ideológico opuesto, o no compatible con las dictaduras militares de la región'".1 El Plan Cóndor se constituyó en una organización clandestina internacional para la práctica del terrorismo de Estado que instrumentó el asesinato y desaparición de decenas de miles de opositores a las mencionadas dictaduras, la mayoría de ellos pertenecientes a movimientos de la izquierda política.